El Gobierno le continúa fallando al País

Luego de más de un mes de espera, el Departamento del Trabajo habilitó un portal para que las personas que trabajan por cuenta propia, y aquellas que no cualifican para desempleo regular soliciten compensación por desempleo. Para la sorpresa de pocas personas, el portal no funcionó. Entre otras cosas, no aguantó la cantidad de personas que entraron a la misma vez.

Reconocemos que normalmente es difícil anticipar la carga que debe aguantar una página de internet. Sin embargo el Departamento del Trabajo tiene información a la mano sobre el número de personas que trabaja por cuenta propia en Puerto Rico. Por ende, podía anticipar, con razonabilidad, el número de personas que estaría solicitando la compensación y el tráfico que recibiría el portal.

A pesar de esto, y de haber transcurrido más de un mes de acciones ante la pandemia, no se prepararon. El sistema colapsó. Esto es inaceptable.

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De igual modo, el “nuevo” centro de llamadas - que ha tardado el mismo mes en funcionar de forma aceptable- demostró no tener la capacidad para aguantar el número de llamadas que entraron el día de hoy. A mediados de mes, el Departamento anunció haber aumentado la capacidad de llamadas simultáneas de 100 a 500.

La Secretaría debía saber que en un País donde hay cientos de miles de cuentapropistas esto tampoco sería suficiente.

La Secretaría, ha comparado el número de solicitudes de desempleo que están recibiendo por día con los promedios en días normales y los promedios en los meses luego del impacto del huracán María. Hoy son muchos más. Así, pretende justificar las múltiples fallas bajo la premisa de que nadie podía anticipar la emergencia. Esto no es cierto. Los jefes de agencia y la gobernadora debieron asumir que el cierre total de comercios provocaría una oleada de personas con perdidas totales o parciales de ingresos. Era previsible que el número de personas procurando asistencia aumentaría. Es previsible que ante desastres, el gobierno tiene la responsabilidad primaria de atender a la gente y que la creación de plataformas que garanticen acceso a asistencias es medular.

Lamentablemente, el problema de plataformas y portales que no sirven no es exclusivo del Departamento del Trabajo. La página del PAN, la de vivienda, y la de SURI son difíciles de navegar, no se ajustan bien al tamaño de pantalla y sufren de problemas de accesibilidad. Al mismo tiempo, y dado a las medidas de distanciamiento físico y las pocas alternativas para garantizar la salud pública, no se habilitan opciones para quienes no pueden utilizar estas plataformas porque éstas no sirven, no tienen la tecnología o requieren asistencia en persona. A esto debemos sumarle el nefasto historial del gobierno en el manejo de sus plataformas de internet (han sido víctimas de “hacks”, “fraudes” y en general mal manejados en el pasado), más el hecho de que alguien se está enriqueciendo a costa de crear plataformas inoperantes.

Cada vez que una familia se enfrenta a un obstáculo que la aleja de los recursos para comer o sobrevivir dignamente, estamos condenando al País a un desastre mayor. Para vencer al COVID-19 es necesario garantizar le a las personas que no perderán su techo, que no perderán sus trabajos, que podrán seguir alimentándose y a sus seres queridxs, en fin, es necesario proveerle estabilidad y seguridad a las personas.

El Gobierno no debe promover incertidumbre o ansiedad. Es su responsabilidad garantizar el acceso a la asistencia necesaria. Es nuestro derecho.

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